
Es la última escena de tu propia película, han pasado muchos años de transitar como un semi cadáver tratando de encontrarle sentido a tu vida, tratando de encontrar eso que se llama felicidad, y aunque uno viene al mundo y encuentra todo ya hecho y planeado, con un sistema implantado sabe Dios por quién , capaz por el mismo Dios, cosa que sería muy triste porque eso haría que lo odiemos y ese no es el plan. Llegamos al mundo y somos una fotocopia del resto, buscando un objetivo, trabajando para vivir o viviendo para trabajar, aprendiendo lo que todo el mundo, dejando de ser un sistema pensante, obstruyendo criterios, extirpando billones de paradigmas por solo seguir el de unos cuantos. Abres lo ojos y te ves en tu última escena , solo falta pocos minutos para irte de este mundo en el que jamás pediste venir, y de pronto como reloj de arena en el desierto dejas de respirar, dejas de recibir estímulos y cual hoja de otoño te caes para ser olvidado en el tiempo . Suspiras aún y sientes tu cuerpo ardiendo, mil voces gritando y el único sentimiento y sensación que corre por tu ser es el verdadero miedo. Sin parpadear aparece aquella persona a la cual jamás perdonaste, porque en el mundo real existen a los que cagan y los cagadores, pues en esta ocasión llevaste primer papel . Frente a esa persona que no perdonaste en vida, ahora la tienes frente a frente como invitada del diablo para que le digas lo que no pudiste, y como punto de encuentro el infierno.